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Mary SomervilleMary Fairfax Somerville (1780-1872). Científica escocesa, la “reina de la ciencia en el siglo XIX”. |
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Mary Fairfax nació en la ciudad de Jedburgh, Escocia, en el seno de una familia acomodada. Se casó dos veces, la primera en 1804 con el capitán Samuel Graig, de quien enviudó a los pocos años quedándose con dos hijos pequeños. Durante este período se dedicó a cultivar sus intereses, el estudio de las matemáticas, y ganó una medalla de plata por su solución a un problema sobre las ecuaciones diofánticas en el Matemathical repository de William Wallace. Wallace, que luego sería profesor de matemáticas en la Universidad de Edimburgo, y sus amigos de la Edinburgh Review la alentaron a seguir estudiando. Poco después ya leía los Principia de Newton.
Con su segundo esposo, el médico William Somerville, encontró mucho más apoyo para dedicarse a la ciencia. William era su primo y compartía con ella el gusto por la historia natural. La ayudó a ingresar en los círculos científicos y a profundizar sus conocimientos. Juntos estudiaron geología y reunieron una colección de minerales, pero también se interesaron por la meteorología, la botánica, la biología, la astronomía, las matemáticas avanzadas y la física.
En 1816 el matrimonio se mudó a Londres. Allí pudieron formar parte un círculo entusiasta y progresista de científicos profesionales y aficionados. Entre muchos profesores y hombres de ciencia de la época, Mary se admiró con los desarrollos de Babbage y su máquina de calcular y fue la mentora de la joven Ada Lovelace (nuestra homenajeada del mes de septiembre). También visitaban con frecuencia el observatorio que tenían los Herschel en Sloug y conocieron a los más grandes científicos de la época en París y Suiza.
Mary publicó su primer trabajo “On the magnetizing power of the more refrangible solar rays” que fue presentado en la Royal Society por su marido. Usó un aparato formado sólo por una aguja de coser de acero, no magnética, papel y un prisma. La conclusión fue que el magnetismo era inducido por el extremo azul-verde-violeta del espectro solar. Si bien al principio estos resultados tuvieron gran aceptación y originaron más investigaciones, se pudo comprobar que eran erróneos. Mary publicó luego dos trabajos más. Sin embargo, era consciente de sus limitaciones en el trabajo experimental: reconocía no tener originalidad suficiente, dado que esa “chispa celestial” no estaba dada a las de su sexo”. Esto refleja el pensamiento de la época frente a las mujeres de ciencia, a quienes se les permitía estudiar o describir los descubrimientos de otros científicos varones pero no hacer investigaciones ni experimentos originales porque se consideraba que no eran apropiados para ellas o que no estaban a la altura de su capacidad.
En 1827, a instancias de Lord Brougham, que era el presidente de la Cámara de los Lores, Mary se embarcó en la difícil tarea de traducir la obra de Laplace “Mécanique céleste”, trabajo muy largo y sumamente complejo que le demandó cuatro años. Ella emprendió el proyecto con la condición de que su manuscrito fuera quemado si se consideraba inaceptable. El resultado de su versión “Mechanisms of the heavens” fue mucho más que una traducción de Laplace. Incluyó una disertación preliminar acerca de las matemáticas básicas necesarias para comprender el trabajo de Laplace, una historia del tema, y una explicación de la obra con dibujos, diagramas, derivaciones y comprobaciones matemáticas de su propia autoría. El manuscrito fue enviado por el Dr. Somerville al editor John Murray. Iba acompañado de una valoración favorable de John Herschel. Murray no esperaba venderlo pero imprimió 750 ejemplares. El libro no solamente cosechó buenas críticas sino que fue un éxito de ventas durante todo el siglo XIX. Luego comenzaron a llegarle premios y membresías a distintas sociedades científicas.
Su segundo libro, “On the conection of the physical sciences” ponía énfasis en la interdependencia creciente de las ciencias. Era una obra esencialmente descriptiva, con ejemplos, analogías y un glosario. Tuvo más éxito que el anterior, se publicaron numerosas ediciones en los siguientes 40 años, y se tradujo al francés, al alemán, al italiano y también circuló una copia pirata en EE.UU. Cada edición nueva se actualizaba. En la octava (1848) pudo anunciar que se había calculado la órbita de Neptuno, planeta que había sido descubierto recientemente. En este mismo año, publicó su libro más exitoso, “Physical geography” que trataba sobre la distribución de la tierra y el agua, y de los seres vivos. Sin embargo, esta obra casi no ve la luz debido al intento de su autora de destruirlo frente a la aparición del primer tomo del libro Kosmos de Alexander von Humboldt, de una temática similar. Su marido y John Herschel la convencieron de lo contrario, así fue que el libro finalmente se publicó y llegó a tener 7 ediciones.
En la década de 1840, los Somerville se fueron a vivir a Italia. Mary continuó recibiendo distinciones y premios. Si bien sus libros eran populares, su trabajo no era vulgar. Puede decirse que era una excelente divulgadora de la ciencia, exponía con sencillez temas muy complejos para un público instruido. Era una entusiasta de los decubrimientos experimentales y utilizaba con precisión el vocabulario científico.
Sus trabajos más serios fueron realizados en su madurez. Siempre lamentó no haberse concentrado más en las matemáticas. Mary Somerville fue la última de las grandes científicas aficionadas. Luego de su muerte, en Nápoles en 1872, el London Post la llamó “la reina de las ciencias del siglo XIX”. Como mujer experimentó la dificultad de dedicarse a las ciencias, en una época en la que, además, el conocimiento ya estaba creciendo tanto que era ya inabarcable para una sola persona. Luchó por la educación científica y literaria para las mujeres. Su biblioteca científica fue donada al Girton College for Women en Cambridge.
Bibliografía:
Alic, Margaret. El legado de Hipatia: historia de las mujeres en la ciencia desde la Antigüedad hasta fines del siglo XIX. México: Siglo Veintiuno, 1991.
Segura Graíño, Cristina. Diccionario de mujeres en la historia. Madrid: Espasa Calpe, 1998.
En la Web:
Mary Somerville. La reina de las ciencias del siglo XIX.
http://thales.cica.es/rd/Recursos/rd97/Biografias/55_56-1-b-MSOMERVILLE.html
[Consulta: 02/10/06]
Historia de las Matemáticas: Mary Somerville
http://www.divulgamat.net/weborriak/Historia/MateOspetsuak/Somerville.asp
[Consulta: 02/10/06]
Wikipedia. Mary Somerville
http://en.wikipedia.org/wiki/Mary_Somerville
[Consulta: 02/10/06]
Women in Math
http://www.mathnews.uwaterloo.ca/BestOf/WomenInMath7105.html
[Consulta: 02/10/06]