Tengo 76 años. De niña viví en pueblos en el sur de la Pcia. de Buenos Aires, estudié en Bahía Blanca y a los 24 años me vine a vivir a Buenos Aires con una amiga. Una gran audacia para la época.
Trabajé como docente en secundarios y terciarios, me gustaba mucho dar clase, pero cuando me jubilé, comencé una nueva actividad en una editorial de libros de textos escolares.
Uno de mis hijos, que me ha dado dos nietos, vive en Moscú. Entonces, desde que nacieron mis nietos, viajo cada año a Moscú, sola. También vienen ellos casi todos los años. Mi otro hijo vive en Buenos Aires y me ha dado dos nietas del corazón. Amorosas niñas. El año pasado fui operada de un cáncer de mama con bastante buena suerte, porque como tratamiento posterior solamente debo tomar Tamoxifeno. Y fue así porque tuve un diagnóstico precoz que debo agradecérselo a los médicos del Hospital Italiano, y también a las decisiones que fui tomando.
El 29 de diciembre de 2013 me hice mamografías de control como venía haciendo habitualmente y con el resultado me indicaron una mamografía ampliada y una ecografía por algo que se veía en la imagen. Inmediatamente le escribí a través de la página del Plan de Salud a mi médica de cabecera, Dra. Outomuro y ella rápidamente me respondió que tenía las órdenes para retirar.
La doctora que me hizo los estudios me indicó que fuera directamente a pedir un turno con un cirujano de patología mamaria, el Dr. Orti. Cuando estuve con él, acompañada por mi hijo, decidí, por lo que el médico me explicó y lo que veía en los estudios, que era mejor operarme directamente sin hacerme biopsia previa.
Me operaron el 28 de enero. El 29 estaba en mi casa. El 31 cuando visité al Dr. Orti recibí la buenísima noticia de que todo estaba muy bien gracias a que el cáncer fue tomado a tiempo y que el único tratamiento posterior era tomar una pastilla de Tamoxifeno.
Los que han pasado por algo así saben lo importante que es esto. Y comprendí que hay que atender a la insistencia de los médicos en los controles para el diagnóstico precoz. Lo sé porque lo viví.
Todos los médicos que me tratan en el Hospital Conocén mi historia de “la abuela de dos niños moscovitas” porque siempre hablo de ellos.