Quiero compartir mi historia para que quien la lea, sepa que siempre que hay vida, hay esperanzas.
Alguna vez soñé con navegar a vela por el mundo y de hecho lo hice como capitán.
Cuando pretendí cruzar el océano Atlántico, me hice análisis de rutina para conocer el estado de mi salud, que por supuesto hasta ese momento era perfecta.
Pero sabía que el maldito cigarrillo me tenia muy adicta y era imposible dejarlo.
Consulté a un neumonólogo privado y cuando vio los estudios simplemente me dijo: "Navegas por el cementerio o el quirófano". Tenía cancer de pulmón.
En esos momentos, surgió de mi tanta fuerza que ni una lágrima derramé ante el desconcierto de muchos que me rodeaban y en mi más absoluta soledad le pedí a Dios que me deje cumplir mis sueños.
Llegué al Hospital Italiano y me atendió un ser humano especial, el Dr. Juan Precerutti que me practicó una fibroncoscopia, con resultados negativos de bacterias u otros gérmenes. Luego con los Dr. David Smith, Rubén Abdala y Matias Nicolás, me realicé una mediastinoscopia y luego una lobectomía del pulmón derecho.
Recibí tanto amor que es imposible trasmitirlo con palabras. Todo resultó muy bien, tanto, que no tuvieron que realizarme quimioterapia o rayos y sigo los controles del servicio de oncología con las Dras. Verzura y Palotta.
Al tiempo me anoté en la Universidad de la Armada Argentina y realicé el curso de "navegación antártica". Fui la única mujer civil y con militares de todas partes del mundo que cada uno cumplirá las tareas científicas en el continente blanco.
Seguramente me iré navegando a cruzar el Canal de Drake y Conocér la inmensidad del universo en el que sólo existen hombres y mujeres haciendo Patria, flora, fauna y los magníficos hielos que todos vemos en películas.
No creo que pueda pedirle más a la vida que me dio la oportunidad de poder cumplir mi sueño.